Eventualmente, los pequeños vendrán.
Ansiados o no deseados, los herederos llegarán.
¿Serán capaces de darse cuenta de nuestros errores
o los repetirán cíclicamente como nosotros?
Serán, seguramente, el resultado de una serie de coincidencias, algunas francamente ridículas, de sueños encontrados e impulsos naturales.
Probablemente serán (tristemente) nuestra única razón de vivir en la vejez.
¿Harán alguna diferencia en este jodido mundo?
¿Seguirán jugando a engañarse, a amarse a medias,
siendo felices en la comodidad?
Ya nosotros nos encargaremos de que mantengan la tradición:
Honrarán a sus padres llevando como credo la simulación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Anda, di lo que piensas. Para algo han de servir estas redes...