Los Hijos - Tampico, 02 de julio de 2007

Eventualmente, los pequeños vendrán.
Ansiados o no deseados, los herederos llegarán.

¿Serán capaces de darse cuenta de nuestros errores
o los repetirán cíclicamente como nosotros?

Serán, seguramente, el resultado de una serie de coincidencias, algunas francamente ridículas, de sueños encontrados e impulsos naturales.

Probablemente serán (tristemente) nuestra única razón de vivir en la vejez.

¿Harán alguna diferencia en este jodido mundo?

¿Seguirán jugando a engañarse, a amarse a medias,
siendo felices en la comodidad?

Ya nosotros nos encargaremos de que mantengan la tradición:

Honrarán a sus padres llevando como credo la simulación.

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